viernes, 4 de diciembre de 2015

Me pregunto que seré cuando muera. Ojala me reencarne en un pájaro, así podría volar libre por el cielo. No tendría ataduras ni obstáculos. Ojala nunca muera. Ojala pudiera vivir eternamente, para aprender y aprender cada día como se vive la vida, aprender de verdad como ser feliz. Y no feliz de mentira, como nos enseñan en la televisión, ¡No! Feliz de verdad. Feliz sin depender de las cosas materiales, feliz sin que me importe la opinión de los demás, feliz siendo simplemente yo y sabiendo amar. Es una pena que pocas personas sepan lo que significa esto de verdad, porque la felicidad no trata de cuanto tienes o de cuanto vales, no somos objetos que se pueden comprar, sino de cuan grande es tu capacidad de sentir. Y hablo de sentir con el alma, de cuando se te eriza la piel al oír esa canción, cuando te mueres de los nervios porque le ves, cuando los echas de menos al ver sus fotos, cuando ríes por lo tonta que eres o de cuando cierras los ojos y te dejas llevar por la música. 

Eso es la felicidad...  
                                     ....dejarse llevar por la melodía más bonita.