Jamás me veras una lagrimas de tristeza,
solo descubrirás en mi muestras de decepción.
Decepción por tenerte y no poder quererte,
por tu entrega y mi desafecto.
Y aunque tu pasión me llene de gloria,
mi corazón se halla gélido y condenado,
prisionero de mis inseguridades.
No existe causa justa para esta desdicha,
solo el saber de que al menos por un día
tu cuerpo y el mio fueron uno.
las inseguridades son unos de los peores miedos que podemos tener, porque realmente se hacen dueñas de nuestro cuerpo. pero pienso, que con fuerza y muchísima voluntad, y quizá con los ojos cerrados, se puede luchar contra ello.
ResponderEliminar(saludos)
intenso
ResponderEliminarlas inseguridades son miedos a cosas nunca hechas, no podemos dejar que nos paren.
ResponderEliminarOdio tener miedo y esta entrada me ha recordado mis miedos.
ResponderEliminarGracias
y abrazos,
Le Murmure