domingo, 14 de febrero de 2016

``Que tengas dulces sueños´´, me decía mi padre cada noche. Y es que sin sueños la vida sería muy triste. Los sueños son necesarios para mantener la ilusión en las cosas, incluso en nosotros mismos. Soñar con un fin o soñar por simple placer es maravilloso. 

Esta mañana mientras desayunaba en el salón mirando por la ventana y contemplando el azul del cielo y el paso de las nubes, he podido sentir la paz y la armonía que reinaba en ese instante. Y en ese pequeño momento he pensado en la belleza y la magia que se esconde tras cosas tan simples y lo fácil que resulta volver a creer en los sueños.



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