sábado, 20 de diciembre de 2014

En la cálida noche, cuando la luz de luna resplandecía en su rostro, le dijo todo lo que sentía. Hasta el momento, nunca le había dicho nada, quizás por miedo o cobardía. Siempre pensaba que las cosas se sabían solas, que no hacía falta decir nada, por eso ella solo hablaba para decir lo que nadie suele percibir. Pero esta vez todo era diferente y nada claro. Al principio, la belleza del momento la envolvía en una suave caricia que la transportaba al paraíso, le resultaba difícil escapar de su encanto, incluso, ignorar su recuerdo. Nunca pensó que lo suyo sería un flechazo. Sin embargo, los días pasaron y no volvió a saber de él. Y atrás quedaron los momentos que compartieron, las sonrisas y los besos, ahora solo le quedaba el vago recuerdo de una ausencia y la nostalgia perdida de un amor irreal.







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